¿De dónde venía yo cuando me encontraste?,

preguntó el niño a su madre. Ella, entre risas y lágrimas, apretó al niño contra

su pecho y le respondió: Estabas oculto en mi corazón como un deseo, vida mía.

Estabas entre las muñecas con las que jugaba cuando era niña. has vivido en mi

vida y en la de mi madre. Durante muchos años, has sido acunado en el regazo el

Espíritu eterno que rige nuestra casa. Cuando en mi adolescencia abría mi

corazón sus pétalos, en él flotabas tú como un hálito perfumado. Tu tierna

suavidad floreció en mi cuerpo como el resplandor rojo del cielo que anuncia el

amanecer. Primer amor del cielo, que tienes de hermana gemela a la luz del alba,

has bajado al río de la vida del mundo te has quedado al fin sobre mi corazón.

¡Tú, que eras antes de todos, eres ahora sólo mío! ¿Qué mágico poder ha puesto

en mis débiles brazos el tesoro del mundo?





Rabindranath Tagore



sábado, 14 de agosto de 2010

Carta abierta al ginecólogo del siglo XXI..por Consuelo Ruiz Velez-Frías

Estimado Doctor,

Ante todo, disculpe, por favor, la osadía de enviarle esta carta, soy una anciana hemipléjica y enferma, esperando, de un día a otro, la muerte y no puedo por menos de comunicarle una experiencia mía, con el deseo de que haga la prueba que le propongo y de que le resulte positiva.

Hace muchos años, exactamente en 1945, tuve que sacar el título de practicante en medicina para poner inyecciones a mi única hija enferma, porque no podía pagar a uno que lo hiciera. Para poder presentarme a examen en la Facultad de Medicina de Madrid, tuve que obtener un certificado de Prácticas de Obstetricia, en la antigua Maternidad Provincial de Madrid.

Yo tenía del Parto una idea muy diferente, porque, cuando iba a nacer mi hermano, mi madre me había explicado el embarazo y el parto, de la manera más verídica y sensata que tal cosa se puede explicar. En la niñez, mi hermana y yo nos divertíamos, viendo parir a la gata, más tarde, ya a punto de cumplir dieciseis años, vi parir a la madrastra, mientras mi padre iba en busca de la comadrona y tanto la gata como la madrastra, parieron sin dar muestras de dolor.

No tuve ocasión de presenciar más partos. Solamente tuve una hija y su nacimiento fue por intervención cesárea a causa de estenosis pélvica, con lo que me quedé sin saber lo que era, realmente un parto y, a consecuencia de mi ignorancia, lo que ví y aprendí en la Maternidad me sumió en una gran confusión y decidí hacerme comadrona para poder estudiar concienzudamente el parto, tratando de descubrir por qué dolía la última fase (únicamente aquella), cuando las demás fases del largo y complicado proceso de la reproducción vivípara son siempre indoloras y también lo son las demás funciones fisiológicas, si se ejecutan por un organismo sano y normal.

Desde 1945 llevo estudiando esta cuestión. Gané, por oposición, una plaza como matrona de la Beneficencia Municipal de Madrid, sin más meta que la de poder estudiar el parto, en toda su profundidad. Viajé, cuanto pude a Congresos y Cursos, con la misma intención y trabajé, como comadrona, no sólo en España, aprendiendo siempre algo de cada parto que asistía o presenciaba, comprobando en la práctica lo que leía en los libros.

En 1955, tuve ocasión de asistir a un curso, en París, sobre la Psicoprofilaxis del Dolor en el Parto, que daban los doctores Lamaze,Velay y Bourrel.

En ese curso se afirmaba que las contracciones uterinas dolían debido a la existencia de un reflejo condicionado negativo que, además del dolor, provoca miedo y resistencia a la función, por parte de la mujer.

Me pareció esta explicación del dolor en el parto mucho más admisible que la bíblica y quise comprobar si era verdad. Yo ya había observado, antes del curso que el talante y la educación de la embarazada tenían una gran influencia en el desarrollo del parto y, desde 1955 empecé a practicar una preparación que consiste en enseñar a las embarazadas en qué consiste el embarazo y el parto, comparándolo con otras funciones fisiológicas, para intentar que la mujer lo admita como lo que, verdaderamente es, así como instruirlas sobre la parte activa y voluntaria que, tanto en el embarazo como en el parto, deben asumir.

Esta preparación fue rechazada, argumentando que el descubridor de la formación, en el córtex cerebral de reflejos condicionados fue un fisiologo ruso a quién le fue concedido, por ello, el premio Nobel en 1904 y que los españoles no querían de los rusos, ni el parto sin dolor.

Yo no sé cuales fueron los verdaderos motivos del rechazo, pero si que me costó tener que salir de España porque me expulsaron de todos los puestos de trabajo en los que había sido asumida “a dedo” que eran todos menos el del Ayuntamiento, cuyo sueldo no bastaba para cubrir mis necesidades.

En cuanto pude, regresé a España e intenté volver a trabajar como matrona, sin poderlo conseguir, más que en la plaza que tenía por oposición, pero en los años de exilio había aprendido idiomas y ello me sirvió para ganarme la vida como secretaria y seguir preparando embarazadas y asistiendo partos, como distracción, sin cobrar nada.

En 1976, en la nueva Maternidad Provincial de Madrid, dotada de todos los adelantos modernos, se celebró un “Cursillo de actualización obstétrica para matronas”, en el cual, llena de ilusión, me apresuré a inscribirme y en el que intenté, en vano, hacer razonar a profesores y alumnas de que lo que se intentaba era un disparate, en todos los sentidos.

Tan antiguas como el parto, son la respiración, la digestión y la circulación de la sangre y a nadie, en su sano juicio, se le ocurre “dirigirlas”, cuando funcionan normalmente.. De lo que la ciencia médica se ocupa es de reconducirlas a la normalidad, si ésta está alterada.

Durante aquel cursillo me pellizcaba los muslos para cerciorarme de que no era una pesadilla, de que estaba despierta, el doctor Caballero Gordo, a quien había conocido, muchos años atrás en la Maternidad de Mesón de Paredes, estaba presentando el “Parto Dirigido, en sustitución del parto normal” .

Después de aquel curso y hasta la fecha, el “Parto dirigido” se ha impuesto en los hospitales, yo he seguido y sigo, preparando psicológicamente a embarazadas, de las que una exigua minoría, se deciden a dar a luz en sus casas, considerando el parto como una función normal, pero la mayoría tienen miedo, acaban por ir al hospital donde, donde el trabajo que hice, preparándolas, se desploma, como un castillo de naipes. Quisiera que, algún obstetra se atreviera a probar un sistema de asistir partos que me ha dado muy buenos resultados durante muchos años y de los que puedo presentarle testimonios recientes. Consiste en concienciar a la mujer de que el parto es una función fisiológica exenta de peligro, dejar que el parto empiece por sí solo y que se desarrolle a su ritmo, respetando sus fases de descanso, entre períodos, sin impaciencia porque termine.

El único artíficio que yo empleaba en el parto era el estetóscopo de Pinard y éste me bastaba para seguir, con toda eficacia, el desarrollo del parto, sin necesidad de tactos vaginales, muy dolorosos para la mujer y no completamente exentos de peligro.

Aprendí la evolución del parto, en buenos y detallados Tratados de Obstetricia, comprobé que lo que decían era verdad, que en el organismo existe un ritmo, un programa, un proyecto a desarrollar, por una fuerza calculada al milímetro y al segundo y que no hay más que dejarla actuar, que con cualquier intervención, lo único que se consigue es perturbar el ritmo natural de la función. Aprendí que la colocación del feto, imprescindible para su salida, y la dilatación del cérvix, si no se interfiere, suelen ser simultáneas y el estetóscopo me servía no sólo para controlas el ritmo cardiaco del feto, sino también su cambio de posición con respecto al abdomen materno, debido a los movimientos de rotación del feto y al descenso de la presentación a los diversos planos de la pelvis.

Nunca presté atención a las dimensiones de la dilatación cervical, no tienen la importancia que se les suele dar. El verdadero problema en el parto consiste en la adaptación del feto al canal pélvico de la madre, que se suele hacer despacio y felizmente, a menos que la actitud de la parturiente, su miedo, su impaciencia, su falta de confianza en sí misma y en quién la asiste, no desencadene una anormal resistencia que impida el desarrollo de la función.

Nunca tuve necesidad de plantearme si la dilatación estaba completa o no, porque cuando ello ocurre, los signos que lo avisan son tan claros, tan convincentes. entre ellos, la formación del canal blando del parto, que no hay el menor peligro de que la cabeza fetal se desprenda de repente. El parto se efectúa siempre, despacio, lenta y suavemente, tengo la suficiente experiencia como para asegurar que es así.

Quisiera que los obstetras del Siglo XXI, probaran a ver si la mujer, sana e informada es capaz de parir con la misma tranquilidad y eficacia que ejecuta las demás funciones fisiológicas. Por probar nada se pierde, no se trata más que de tener paciencia y confianza en que la Naturaleza es capaz de cumplir su cometido sin necesidad de ser reemplazada y la mujer del Siglo XXI, a la que tanto se la consiente en otros terrenos, merece que se la deje parir, que se la consienta cumplir una función normal porque la creo, verdaderamente capaz de ello. No se trata de volver a tiempos pasados, ya lejanos, ahora la mujer sabe hacer muchas cosas para las que no se la creía capacitada, en el tiempo actual, la mujer debe saber parir, como sabe hacer la digestión sin ayudas.

No quisiera haberle ofendido con esta carta, he dedicado mi vida a estudiar el parto, creo que sé muy bien en qué consiste y este conocimiento mío no quiero llevármelo a la tumba, mientras las mujeres y los fetos sufren una enfermedad artificial, una forma de parir peor de la que la Naturaleza les había preparado.

Consuelo Ruiz Vélez-Frías nació en Madrid en 1914 y falleció a los 91 años, una matrona rebelde y luchadora, que defendió con uñas y dientes la libertad, la dignidad y la democracia de las mujeres hasta el final de sus días.
Consuelo fue la primera en hablar de “parto sin dolor” en España, y en editar un libro sobre el tema, en 1955. Su gran proyecto profesional ha sido el de humanizar y embellecer el parto. Después de su propia cesárea (de la que nació su hija Amaya), descubrió que el acto de dar a luz carecía de la dignidad que merecía. Durante más de 60 años, estuvo debatiendo sobre el tema, y dejó un gran legado de escritos de sus experiencias relacionadas con el parto y el nacimiento. Divulgó y aplicó sus teorías tanto en Escuelas de Matronas, como en el campo de la Enfermería y la Medicina, además de ofrecer su inestimable ayuda a los padres deseosos de ser conscientes de la importancia de la vida natal (uterina), el parto-nacimiento y la crianza de un ser humano. En su libro Las Matronas, una profesión ancestral basada en el amor, Consuelo comenta ampliamente la profesión de matrona, en la que ha puesto todo su esfuerzo y amor a lo largo de una vida intensa, llena de emociones y, sobre todo, muy valiente.

A los 84 años publicó su “Cartilla para aprender a dar a Luz”, a los 90, aún asistía partos en domicilio, en dignidad, en respeto, en libertad, sin miedo, sin presión, sin peligros, sin dolor!

Seguía de cerca todo lo que acontecía en las asociaciones, como la “Plataforma pro Derechos del nacimiento” y la Asociación “Nacer en Casa” , de las cuales era Presidenta de Honor, en la Asociación “El Parto es Nuestro”, en el “Colegio de Matronas”…fue conferenciante, destacándose en su decir y hacer. Mujer y matrona sabia y de decisiones simples y beneficiosa.


Consuelo Ruiz Vélez-Frías

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Deberían las matronas estar formadas como floristas?.....

Por Caroline Flint


Esta propuesta, según Caroline Flint, es solo ligeramente más absurda que pedirle a las matronas que se formen como enfermeras antes de poder formarse como matronas. Argumenta que la formación en enfermería no solo es innecesaria, sino que podría ser decididamente dañina.


Imagina que quieres ser abogado. Vas al Colegio de Abogados y dices : Querría ser abogado, y la respuesta es: no puedes ser abogado hasta que no te hayas formado como policía.

¿Policía? Pero si yo no quiero ser policía. Quiero ser abogado”

Es muy útil ser antes policía; se aprende todo sobre la mente criminal, un montón de cuestiones legales básicas, se aprende el procedimiento ante los tribunales, se aprende como la ley afecta a la gente corriente. Necesitas ser antes policía para convertirte en abogado; aprendes tantas cosas útiles y básicas para tu futuro papel.

O tal vez te apetece hacerte dentista

Lo siento pero antes de formarte como dentista tienes que recibir formación médica. Primero tienes que ser doctor, ya que mucho de lo que un doctor aprende en su carrera es tremendamente útil para un dentista.

¿O tal vez quiere ser matrona?

Bueno, antes de formarte como matrona tienes que formarte como enfermera. Te resultará tremendamente útil. Como enfermera aprenderás a cuidar y prevenir úlceras, podrás asistir en un quirófano, serás capaz de comprender las señales y los problemas de la diabetes. Aprenderás sobre fallos cardiacos, como hacer una cama, el cuidado de enfermos de trombosis, hemorragias, contusiones, como poner una inyección, diálisis de riñón, dar medicinas –todo un conocimiento útil del que ninguna persona en su juicio podría prescindir para convertirse en matrona.

¿Es tan absurdo e inútil como formar a un abogado como policía? ¿O a un dentista para que antes sea doctor? ¿Sería mejor que las matronas fueran formadas como podólogo? Eso les ayudaría a comunicarse con pacientes, después de todo. O tal vez debieran formarse como floristas. Así tendríamos arreglos florales mucho más bonitos en los pabellones postnatales.
Pero seguramente, diréis, es realmente útil para una matrona tener una formación básica en enfermería antes de embarcarse en su carrera de matrona. Tampoco es que vaya a tener que desaprender cualquiera de las cosas que ha aprendido como enfermera, ¿verdad?

Sin embargo, yo respondería, ¿qué pasa con su actitud hacia los pacientes? Las comadronas no tiene pacientes, acompañan a mujeres durante un experiencia que supone un enorme cambio vital. Son asociadas y compañeras. Trabajan en equipo, pero toman decisiones en iguales términos. La mujer no está enferma, atraviesa un proceso psicológico normal, como hacer de vientre, o respirar o hacer el amor.

¿Quizá una matrona necesita una actitud distinta hacia su mujer de la que una enfermera tiene con sus pacientes? Cuando uno está curando pacientes, están enfermos. Las mujeres que atraviesan un parto no son enfermas.

¿Y acerca de la actitud de las matronas hacia los doctores? ¿tiene que diferenciarse en algo de la de una enfermera? ¿La matrona y el doctor están ahí para la misma cosa? Trabajando como un equipo de profesionales. Bueno, sí y no.

No es por nada que la matrona se llama a si misma “guardiana del parto normal” A medida que el parto se hace más tecnológico y se utilizan más y más tests y herramientas de diagnóstico, un número creciente de mujeres tiene cesáreas o partos forzados. Corresponde a la matrona la capacidad y el conocimiento para proteger mujeres de la sobremedicación. Puede protegerlas del uso sobre-entusiasta de herramientas que pueden ayudar enormemente a una mujer, pero que pueden resultar inapropiadas para otra, y que pueden incluso interferir en el progreso fisiológico de un parto normal.

¿Qué sucede con la actitud de la enfermera hacia la enfermedad? ¿No puede resultar dañino para mujeres sanas tener que tratar con gente acostumbrada a gente enferma, que necesitan atención más que simple apoyo emocional? ¿Es esta, quizá, la razón por la que la mayoría de las mujeres que dan a luz en este país están tumbadas en una cama, la posición más inapropiada -desde un punto de vista psicológico- en la que podrían estar? ¿Por qué tumbadas en una cama? Esta es un posición que genera hipotensión, hipoxia fetal, contracciones uterinas menos eficaces y una necesidad mayor de analgesias ya que no se emplea el efecto de la gravedad en el descenso de la cabeza del feto.

¿Puede que sea porque la mayoría de las matronas están formadas como enfermeras?

En este país y en Europa siempre ha sido posible formarse como matrona desde el principio sin necesidad de recibir formación de enfermera. La formación es mas larga que la cualificación RNG – en este país es un periodo de 3 años. Pero desafortunadamente solo hay una escuela de matronas impartiendo esa formación, y hay algo así como seis candidatos por plaza.

Necesitamos repensar nuestra formación para matrona. Me alegra decir que lo estamos haciendo, tanto el Royal College of Midwives, la Association of Radical Midwives and the midwifery committees del Reino Unido y los consejos nacionales. ¿Estás pensando en eso también? ¿No es el momento de que las escuelas de formación de matronas tomen la iniciativa y comiencen a formar gente que quieran ser matronas sin necesidad de formarse primero como enfermeras? O tal vez me equivoco. ¿Y que tal ser podólogas primero? Sería útil como complemento ¿no?




Should Midwives Train as Florists?
By Caroline Flint

This suggestion, says Caroline Flint, is only slightly more absurd than asking midwives to train as nurses before they can train to be midwives. She argues that nurse training is not only unnecessary, it can be positively harmful
Just imagine that you want to be a solicitor. You go along to your local solicitors' practice and say, `I would like to become a solicitor', and the answer is, `You can't become a solicitor until you have first trained as a policeman.'

`A policeman? But I don't want to be a policeman. I want to be a solicitor.'

`It's very useful for you to be a policeman first - you learn about the criminal mind, you learn a lot of basics of the law, you learn about court procedure, you learn how law affects ordinary people. You need to have been a policeman first before you become a solicitor; you learn so many useful and basic things for your future role.'

Or perhaps you feel like becoming a dentist?

`I'm sorry but before you train to be a dentist you have to do a medical training first. You must first train to be a doctor - so much of what a doctor learns in his training is enormously useful to a dentist.

Or perhaps you want to be midwife?

`Well, before you train to be a midwife you have to train to be a nurse. It will be enormously useful to you. As a nurse you will learn to take care of bedsores and to prevent them, you will be able to scrub in theatre for amputations, you will be able to look after diabetics and you will understand the signs and problems of diabetes. You will learn about congestive cardiac failure, how to make a bed, the care of people with coronary
thrombosis, subarachnoid haemorrhage, concussion, how to give an injection, kidney dialysis, giving medicines - all thoroughly useful knowledge which no sane person could do without before becoming a midwife?'

Or is it?

Is it as nonsensical and wasteful as training a solicitor to be a policeman first? Or a dentist to be a doctor first? Would it be better if midwives trained to be chiropodists first? That would help them to learn how to communicate with patients, after all. Or perhaps we ought to train first as florists? We would have much prettier flower arrangements in the postnatal wards then.

But surely, you will say, it is really useful for a midwife to have a basic nurse training before she embarks on her midwifery training? It isn't as if she has to unlearn any of the things she has learned as a nurse, is it?

But, I would reply, what about her attitude to patients? Midwives don't have patients - they are with women as they go through a huge and life-changing experience. They are partners and colleagues. They work as a team, but a team of equal decision makers. The woman is not ill, she is going through a normal physiological process, like having your bowels open, or breathing, or making love.

Perhaps a midwife needs a different attitude to the women she is with from the nurse with her patients? When you are nursing patients, they are ill. Women going through childbirth are not ill.
What about the midwife's attitude to doctors? Does that need to be in any way different to the attitude of the nurse? Surely the doctor and midwife are there for the same thing? Working as a team of professionals. Well, yes and no. Not for nothing does the midwife call herself the `guardian of normal childbirth'. And as childbirth becomes increasingly technological, and more and more new tests and sophisticated diagnostic tools are used, a growing number of women have Caesarean sections or have their labour accelerated. It is the midwife who has the skill and knowledge to protect women from over medicalization. She can protect them from the over-enthusiastic use of tools which might help one woman enormously, but which might be inappropriate for another woman, and may indeed interfere with the normal physiological progress of labour.

What about the attitude of the nurse to illness? Might it not be very harmful to healthy women to be dealt with by people who had become conditioned to people being ill, who need `care' rather than just emotional support? Is this, perhaps, why the majority of women in this country who are in labour are actually lying neatly in a bed - the most physiologically undesirable position for them to be in? Why are they lying in bed? This is a position which engenders maternal hypotension, fetal hypoxia, less effective uterine contraction and the need for more analgesiaas well as failing to utilize the effect of gravity on the descending fetal head.

Is it perhaps because most midwives trained as nurses first?

In this country and in Europe it has always been possible to train as a midwife from the start of training and not to train as a nurse first. The training is longer than post RGN qualification - it is a period of three years in this country at the moment. But unfortunately there is only one midwifery school doing the direct entry training now, and there are about six applicants for every place.

We need to rethink our training of midwives. I'm glad to say that we are - both the Royal College of Midwives, the Association of Radical Midwives and the midwifery committees of the UKCC and the national boards. Are you thinking about it too? Isn't it time other midwifery training schools took the initiative and began training people who want to be midwives without training them to be nurses first? Or perhaps I'm wrong. What about being chiropodists first? It would be a useful sideline wouldn't it?
February 12,1986.